sábado, marzo 2, 2024
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atracción turistica?

Hace muchos años, más de 20, visité la ciudad de Cajamarca por primera vez. Fue un viaje lindo, en familia y del cual guardo recuerdos muy especiales.
Tuve la oportunidad de quedarme en el hotel Laguna Seca, lindísimo, con inconfundible olor a eucaliptos que hasta el día de hoy me lleva a recordar Cajamarca, con el Cuarto del Rescate, el Cerro Santa Apolonia, las Ventanillas de Otuzco, un lugar inolvidable.
Algo que también venía a mi memoria con ese olor era el famoso paseo a la Collpa, a conocer a la vaquitas que acudían muy calmadamente al llamado de su nombre a su respectivo lugar para que sean ordeñadas por las campesinas. Siempre con cuidado que no te tire un coletazo en la cara.
Luego he regresado innumerables veces a la Provincia de Cajamarca, sin visitar la ciudad, hasta hace unos años que regresé en dos oportunidades pero sin visitar la Collpa.
Hace unos días se me presentó la oportunidad de regresar a la Cajamarca -y como es una ciudad que me gusta mucho por la magia especial que tiene- me fuí. Y como ya he comentado por ahí, me tocó estar enferma, en cama, mal. Pero antes de caer en cama fuí como primer paseo a la Collpa.
En la tarde tomamos el bus que nos llevaría con el guía a ver las famosas vaquitas… ya en el camino el guía advirtió que las cosas ya no eran como antes, que obviamente no eran las mismas vacas y que la situación había cambiado mucho. Que incluso esas vaquitas ya no eran ordeñadas y que únicamente se había buscado mantener la tradición del llamado de vacas diario como atracción turística.
Jamás imaginé en que medida era lo que el guía estaba comentando.
Llegamos y encontramos un viento fortísimo, que me encantó, se sentía la fuerza del viento en los inmensos arboles que rodeaban lo que había quedado de la hacienda. Luego de dar una breve vuelta por los alrededores nos apuraron porque ya iba a comenzar el llamado de las vacas a las 3:30 pm, por lo que todo el grupo se apresuró a entrar en una especie de coso. Nos sentaron a los lados, algunos en las graderías de al frente y otros en un muro, yo entré hasta el fondo donde casi estaban las vacas. Me senté y a los minutos empezó el llamado, lo cual no me permitió darme cuenta a tiempo de todo el escenario.
Desde que me acerqué sentí un sonido bastante fuerte y molesto en medio, pensé que era algún tipo de fuego artificial, debido a que desde que llegué a la ciudad éstos no habían parado.
Al sentarme me di cuenta que el sonido provenía de una especie de látigo inmenso y muy fuerte –rebenque-que era sujetado por un campesino bastante mayor con un sombrero, que repetía constantemente el fuerte golpe contra el suelo.

Luego esta misma persona comenzó a llamar a las vacas por sus nombres. De un corral del fondo salían las vaquitas bastante presurosas hacia la puerta y pasaban exactamente delante mío. Al mirar bien pude darme cuenta que en el corral y entre las vacas, había otro hombre, con otro látigo bastante fuerte. Nunca me imaginé que con ese látigo este señor procedía a golpear a las vacas que iban saliendo para que se apuren.
En seguida comencé a ver toda la situación con otros ojos… las vaquitas salían tan apuradas por el terrible miedo que les daba el látigo de este hombre que estaba ante ellas y por el horrible sonido que emitía el otro látigo en medio de la arena. Eso me hace suponer que estas vaquitas para ser adiestradas de esta forman han debido ser golpeadas y asustadas constantemente, lo cual me pareció aberrante. Inmediatamente vi de manera mas detenida a las vaquitas y estas estaban en total descuido y abandono, muchas de ellas sumamente delgadas, algunas no podían ni caminar bien. Realmente fue un cuadro bastante triste y desolador para mi, en donde no me quedó mas que llorar. Mi intención era salir de ahí pero no podía porque la única salida era la que venían utilizando las vaquitas para escapar. La bulla eran tan alta que era imposible que mis llamados a que el hombre pare de asustarlas con el látigo, se pudiese escuchar.
Para mi fue muy triste y difícil de entender. Así como no entiendo en cómo se puede encontrar diversión en ver un torito confundido y asustado en medio de una plaza de toros, perseguido por un hombre con traje de colores y todo el circo que ya conocemos, y encima, seres humanos al lado mirando atentamente el sufrimiento de un animal. Del mismo modo, no puedo entender esto.
Es cierto que la costumbre ahora ha cambiado pero también es muy probable que con mis ojos de niñez pueda haber visto las cosas de diferente manera. Pero ahora puedo ver que esa «atracción turística» como se ejecuta el día de hoy, por lo menos para mi, no lo es.
Quizá peco de ignorancia en muchas cosas en este tema, no conozco las costumbres del lugar a fondo como para poder entender un poco más todo lo descrito; pero la pena de haber visto algo así, no la puedo evitar.
Veía a toda la gente a mi alrededor, que era bastante, riendo, celebrando, tomando miles de fotos a unas vaquitas en un estado deplorable. Simplemente no lo entiendo. Y pongo mi granito de arena aunque sea mínimo, escribiendo esto, a pesar de saber que es muy poco para lo que esta sucediendo.
Aquí un video del año 2007 para que mas o menos entiendan como funciona este Llamado de Vacas para los que no han ido. Actualmente ha cambiado, las vaquitas ya no pasan con calma frente al público y están todas amontonadas en donde esté este hombre llamándolas. En las fotos se puede observar como es actualmente.

Recalco que Cajamarca siempre será para mí una ciudad muy especial, de la que guardo muchos de los mejores recuerdos de mi vida y a la que seguramente regresaré muchas veces más; sin embargo, este tema en particular es algo que no tolero.

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Katherine
Katherine
Abogada en ejercicio y blogger :)
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Azpitia

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